miércoles, 13 de mayo de 2009

Blanca de los Rios (1862 - 1956)

Nació en Sevilla en el año 1862. Hija del arquitecto Demetrio de los Ríos , fue criada en un ambiente familiar muy amante de las letras, y esto le facilita su dedicación al estudio y
a la literatura, donde no sólo puede crear su obra sin ningún impedimento, sino que recibe toda la ayuda he información necesaria, lo que la convierte en una de las pocas mujeres eruditas que se pueden encontrar en su tiempo. A los 16 años publica su primera novela "Margarita" A los 17 años escribe un Romancero de “Don Jaime el Conquistador”, novelas como “Melita palma” (1901), o “La niña Sanabria” (1907). Cultivó poesía, entre ellos: “Funerales del Cesar”, novela, cuentos, periodismo, narrativa cómo: “Madrid Gollesco”, Teatro; sus obras tienen traducciones al francés, italiano alemán y danes, creó una revista llamada "Raza Española", y se casó con el Arquitecto Vicente Lampérez muy vinculado a círculos literarios.
Sevilla le tiene dedicada una calle a esta mujer que se destacó por su intenso trabajo como poeta y escritora, conferenciante y erudita. Recibió no sólo las alabanzas de la crítica sino también numerosas condecoraciones, entre ellas la Cruz de Alfonso XII, en un homenaje presidido por la Reina Victoria Eugenia, la Medalla de Oro del Trabajo y la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio, Blanca de los Ríos escribió la edición crítica de sus Obras completas. Esta labor le valió el reconocimiento por parte de la Real Academia Española, de la que no llegó a formar parte pese a que fue presentada su candidatura. Falleció en Madrid en el 1956.
Poemas
Tu nombre

Soñé contigo en dulce desvarío,
y despierta a los rayos matinales,
escribí con el dedo en los cristales
tu nombre sobre gotas de rocío;
y al desgarrar el congelado velo
a la lumbre del sol, vi, cielo mío,
que era tu nombre azul el mismo cielo
Tú y yo
Yo soy la pobre flor que en el estío
sobre el ardiente polvo se consume:
sé tu la blanca perla de rocío,
y yo te daré a cambio mi perfume.
Si es mar de llanto la existencia mía,
tú eres rayo de sol; mírate en ella,
y en tanto que amanece eterno día,
si yo la noche soy, sé tú mi estrella.

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